jueves, 29 de marzo de 2007

NO, NO ME AVERGUENZO......YO CREO EN TI

Si, yo creo en ti.
Aunque no esté de moda, aunque muchos sientan verguenza en reconocerlo, aunque me tilden de beato o retrógrado, aunque no sea políticamente correcto, creo siempre en tí.

Si, creo.

Porque creces conmigo, porque eres la misma de mis doce años cuando le decía a mi madre que bajaba un rato a jugar a la plazoleta y me iba a verte con aquella bici Orbea mientras Vicentín y Fali tapaban mi mentira.

Por eso, creo.

Porque en tí veo a mi madre, esa que hacía como que planchaba a las tantas de la noche simplemente para escuchar mis problemas e inquietudes de juventud. Porque en tí veo a mi mujer, esa que en la zozobra te buscó y encontró. Porque en ti veo a mi hija, esa que te lleva en la cartera como único cordón con la Iglesia.

Por todo eso, creo en tí.

Porque sabes mis secretos, mis dudas, mis anhelos; porque me esperas y nunca desesperas; porque siempre me abres la ventana cuando la puerta se cierra. Porque perdonas sin reproches, porque cuidas del sueño de mis hijos, porque me conoces y me animas.

Si Hiniesta, creo en tí.

Porque aunque tu imagen no sea la mejor, ni la más antigua, ni la más bonita, eres la mía; la que ante el desengaño me dió fuerzas, la que nunca me dejó derrumbarme, la que ante la mentira me contó la verdad; la que siempre me dijo: "Tu vales mucho".

Por eso creo en tí.

Y humildemente te pido que cuides de ésta tu ciudad en la semana que empieza; que ayudes al que cree y al que no cree, al que te ama y al que te odia, al que en tu nombre se echa a la calle y al que nunca te conoció. Que des a los cofrades unas ejemplares estaciones de penitencia y que los ilumines para que no olviden el por qué de esta Semana.

Por todo eso y porque te quiero, espero que cuando el Domingo nos vayamos a dar un paseo por Sevilla, puedas sentirte orgullosa de mí.

Ruega por nosotros, Madre de San Julián.

jueves, 22 de marzo de 2007

VOY A ECHARTE DE MENOS

Querido hijo:
Como sé que no volverás por el blog hasta que no acabes los exámenes, te escribo ahora ésta carta, confiando en que no la leas hasta después de Semana Santa.

Pero, es que este año voy a echarte de menos...

Sé que es ley de vida y de natural sevillanía, y supongo que yo hice lo mismo más o menos cuando tenía tu edad, pero ahora que se acerca el Domingo de Ramos es cuando empiezo a darme cuenta de que hay momentos que se están yendo para no volver.

Cuando este año, el Domingo o el Jueves salga de relevo y me acerque a verte, me dirás que no tienes sed, que no te hace falta nada. No tendré que sujetarte la cruz o el cirio mientras bebes un poco de agua, pues supongo que alguién te habrá calmado anteriormente la sed.
Tampoco tendrás que hacer aspavientos disimuladamente para que te reconozca entre el tramo de nazarenos, porque seguramente habrá habido ya una samaritana que te haya reconocido sin necesidad de señal alguna (es uno de los grandes misterios de nuestra ciudad, la increible facilidad con que una madre, mujer, novia o hermana nos conoce bajo una túnica).

Este Lunes, serás tu quien cuente a alguien la historia de la rosa en un entierro que viene por San Andrés; y vivirás la plenitud de las primaveras (la de Sevilla y la tuya) entre los azahares del Barrio León. Y delante de Aquella que calma la sed (mi virgen imposible), mirarás de reojo entre la bulla, porque sabrás que probablemente yo esté por allí.

Si hijo, este año voy a echarte de menos...

Presumirás de sevillanía como hice yo, como hicimos todos, enseñándole esquinas semiocultas, calles desconocidas, bares increiblemente baratos y atajos que parecen que sólo existen en Semana Santa. El Martes quedarás como un rey cuando, a eso de las once de la noche, hayais visto todas casi sin mirar "el llamador" y te permitas el lujo de poder repetir. Será entonces, al enseñarle la Candelaria y contarle que ese nazareno tan pequeño siempre emocionó a tu padre cuando te darás cuenta de algo curioso.

Empezarás a darte cuenta de que tu también me echas de menos...

Y no es malo hijo, al contrario. Sabes que todos los Miércoles mientras nos perdemos por esa Sevilla que se fué que es la Lanzada echo en falta a tu abuelo; y a tu abuela cuando el gallo despierta a Sevilla para que vea al Señor por Cardenal Spínola. Lo que pasa es que tú vas a empezar a ejercer de maestro (maestro, qué palabra tan bonita ¿verdad?), empezarás a enseñar como se vive la vida en una semana y me das envidia. Yo ya lo hice con mamá, con tu hermana y contigo. Y ahora te toca a ti.

Te toca a ti enseñarle a ella esa esquina de Varflora que descubrimos cuando eras pequeño y donde siempre nos espera "tu" Carretería; y te toca enseñarle a cerrar los ojos en Castelar para escuchar cómo viene Montserrat. Algo más tarde ireis a su barrio, como fuí yo con mamá, y comprarás un pescaito mientras le cuentas la grandeza de esa cofradía trianera con no muchos nazarenos pero que es la Triana de verdad, la de antes, la de siempre, la del corral de Alfarería de tu madre. Y al final de ese día (que empezó el Jueves por la mañana), volverás a buscarme, porque sabrás que seguramente tu padre esté buscando a Dios entre la Cava de los Civiles, cerca de Chapina.

Este año voy a echarte de menos hijo, porque es mi semana grande, pero también la tuya. Como dijo el poeta, nuestra Semana Santa es la vida en una semana; y la tuya, tu vida, está ahora llegando a la Campana para pedir la venia. Y tienes que vivirla y disfrutarla.

Además, nos quedan los momentos que nunca hemos compartido con nadie. Esos momentos nuestros que ni tu madre conoce, ni tu "niña" conocerá, cuando a eso de las tres de la tarde del próximo Domingo de Ramos nos busquemos con la mirada entre ese mar azul y blanco o cuando el Jueves Santo antes de dejarte al cuidado de tu Virgen, nos demos un beso y me digas en el compás:

"Buena estación de penitencia, papá".

Que pases una muy, muy feliz Semana Santa. Un beso.

sábado, 17 de marzo de 2007

ESTA FOTO TE PONE, ¿VERDAD MONTOYA?


¿A que sí?, ¿a que te pone cachondo?. ¿No ves que es una puta a los pies de un crucificado?.

Si hombre, si. Una puta y un hombre que vivieron hace unos dos mil años. Eso es lo que te pone ¿no?.

Pues mira hijo, en pocos días, en este país que subvenciona tu "arte" verás putas y crucificados por todas partes, todos los días y a todas horas.


Si artista, si, ¿a que jode?. Pues eso es lo que hay.

A mi, querido aprendiz de artista, no me ofendes (ya sabrás aquello de que no ofende quien quiere), pero hay algunas cosas que me molestan, ¿sabes?.

Me molesta que alguien que vive a mi costa y con mi dinero, tenga tan pésimo gusto y sensibilidad.

Me molesta que te salga tan barato intentar herir los sentimientos de millones de cristianos.

Me molesta que no tengas lo que hay que tener (si, eso que sí tiene tu crucificado), para exponer tu "arte" en otras tierras y culturas menos comprensivas.

Me molesta, y mucho, que tu y la gente como tu penseis (porque lo pensais), que tener fe en Jesucristo es inversamente proporcional a tener cultura; porque según tu y la gente como tu, la cultura es patrimonio de progresistas. Y claro, un creyente no puede ser progresista.

Pero como te decía antes, no estoy ofendido. ¿Y sabes por qué no puedes ofenderme?.

Porque soy mejor que tu, Montoya. Porque yo jamás haría con ningún símbolo religioso, seglar, o de cualquier otra índole, lo que tu has hecho.

Por eso querido, porque tengo principios y valores. Principios y valores que me inculcaron un par de incultos creyentes, un vulgar ingeniero y una simple licenciada en políticas, (pero incultos e insensibles al arte como buenos cristianos).

Porque Ese que presentas con su virilidad enhiesta, Ese, me dice que te perdone porque no sabes lo que haces.


PS: Y aunque te moleste, ya mismo, el próximo uno de abril a eso de las tres de la tarde, una mujer que fue puta y un hombre que fue crucificado y que viven en un lugar cercano a la puerta de Córdoba, saldrán triunfantes a pasear por las calles de Sevilla.

miércoles, 14 de marzo de 2007

MISMO SITIO, MISMA HORA

Fecha: Lunes 12 de Marzo de 2007.
Lugar: Una cafetería en el centro de Tomares.

Estaba yo tomando café antes de irme a la mudá de la Hiniesta. En la parte opuesta de la barra había un grupo de personas (cinco o seis), uno del grupo no paraba de mirarme (era un hombre de unos treinta y pocos años). Al principio no le dí mayor importancia, aunque cada vez que levantaba la vista del periódico, él volvía la suya a la reunión donde se encontraba. A mi su cara no me sonaba de nada, y como ya me estaba mosqueando, cogí la prensa, el café y me fuí de la barra hacia una mesa que estaba libre.

Al rato, (ya me había olvidado de las miradas) cuando la reunión se marchaba, veo que la persona que no había parado de mirarme viene hacia mi mesa y muy educadamente me dice:

"Disculpa que te moleste, me llamo Juan ¿Antonio?", (creo recordar que ese era el nombre, del apellido no me acuerdo), "Es que yo soy nazareno de San Benito y hace muchos años que te veo en el mismo sitio viendo mi hermandad, el año pasado no te ví y es cómo si le faltase algo al Martes Santo".

Hablamos simplemente dos o tres minutos. Por lo visto, él era el nazareno que en los últimos tres o cuatro años me daba la foto del Cristo de la Sangre, ese nazareno del que siempre tenemos dudas sobre quién será. Y efectivamente el año pasado no vi su hermandad en el mismo sitio de siempre.

Cuando llegué a San Julián lo comenté con algunos amigos y lo curioso fue que todos, absolutamente todos, veíamos en algún punto del recorrido alguna persona que no conocíamos de nada pero que si faltase algun año la echaríamos de menos.

Porque la Semana Santa es religiosidad, por supuesto sin ella no tendría sentido; es manifestación popular, es olor, luz, música, primavera. Pero a medida que vas cumpliendo años es sobre todo memoria, recuerdo y nostalgia.

¿Por qué sino decimos que el Domingo de Ramos empieza todo a acabarse?
¿Por qué vemos las cofradías en los mismos sitios?
¿Por qué hacemos siempre, siempre los mismos ritos antes de vestirnos?
¿Por qué aquellos, a quien la fe hace tiempo que abandonó, buscan la mirada de una virgen determinada en un lugar exacto?

Sencillamente porque alguién, algun año, cuando tu no estés, se acordará de ti cuando el Cristo de la Sangre, en una revirá eterna, se despida de la Virgen de Loreto....


jueves, 8 de marzo de 2007

¿AHORA.....QUIÉN TE LLEVARÁ LOS CLAVELES? (Foto Roberto Villarrica)

Hasta hace unos años nunca supe cómo llegaban allí.
Tampoco sabía quién los ponía, ni por qué razón.

Ni si era un efecto estético o un gesto de amor.

Simplemente era algo que a mi hijo, desde pequeño le llamó la atención.

Hace cuatro años que me contaron la historia: Una hermandad de barrio, una ilusión de jóvenes costaleros, unos ensayos desde Octubre, un capataz de triana, un coche, una carretera, el dolor de una madre.

Desde aquel Lunes Santo, hace ya treinta años, una mujer se acerca a las tres de la tarde al llamador del Señor del Soberano Poder y le entrega al capataz dos claveles rojos.

"Son las manos de mi hijo", dice ella.

De ese hijo que después de tantos ensayos luchando por crear una de las mejores cuadrillas de costaleros, se dejó la vida en una curva sin poder acompañar a su Cristo por el puente.

No soy hermano de San Gonzalo, no conocí a Juan Vizcaya ni conozco a su hijo Manuel, ni siquiera vi nunca a esa mujer. Modesta me dijeron que se llamaba, y este año nos dejó.

Cuando este Lunes Santo vea esa protestación de fe en blanco y rojo y el paso se acerque, mi hijo querrá, como todos los años que le cuente la historia de los claveles rojos del llamador.

Pero este año no habrá historia que contar, salvo que ya sabremos la explicación de ese izquierdo por delante.

Este año, el izquierdo de la cuadrilla del Tardón, ese valiente izquierdo por delante, sólo buscará una cosa....los claveles de Modesta.


domingo, 4 de marzo de 2007

A VOSOTROS, ESPAÑOLES DE JUEGO LIMPIO

Os habla un cafre desde la Híspalis romana, o quizás os apetezca más escuchar a un bárbaro desde la Tartessos fenicia. O no, mejor oir a un sanguinario de la Isbilia califal, incluso ¿no os gustaría que os hable un beato inculto de la Sevilla de la Contrarreforma?.

Este cafre, bárbaro y sanguinario, este inculto y beato, este bestia, enarbola el pendón de la cruz verde de su barrio y os dice a vosotros, españoles paradigmas del juego limpio, ejemplo de educación y saber estar, panaceas del buen ganar y mejor perder.

A vosotros que os avergonzais de vivir en un pais habitado por antediluvianos hispalenses:

A vosotros periodistas de la Cope, que en la noche del Miércoles 28 dijísteis que la gente de ésta ciudad eran la "otra España".
A vosotros periodistas de la Ser, que en la noche del Jueves 1 afirmásteis que aquí no se podría jugar el resto del partido porque "nos mataríamos por las calles".
A vosotros periodistas de la Sexta, que os mofásteis y humillásteis a unas aficionadas béticas en la retransmisión del último derbi de liga.
A vosotros periodistas sevillanos de medios nacionales, que por un plato de lentejas sois incapaces de defender a vuestros paisanos, a vuestra gente, delante de vuestros jefes de Madrid.
A vosotros gentes de España, que llevais cuatro días hablando y opinando en medios públicos sobre mis convecinos usando los adjetivos arriba expresados.
A vosotros politicos de España, que quereis llevar al congreso las incidencias de un partido de fútbol en mi ciudad.

A vosotros todos os digo que:

En Madrid matásteis a un aficionado de la Real y no pasó nada.
En Sarriá matásteis a un niño y no pasó nada.
En Vigo matásteis a un joven y no pasó nada.
En Bilbao dejásteis sordo a un portero y no pasó nada.
En Valencia golpeásteis a un linier y no pasó nada.
En Madrid lanzásteis botellas de whisky de cristal y no pasó nada.
En Barcelona tirásteis botellas, móviles, cochinillos y no pasó nada.
En Madrid arrasásteis los coches de la prensa y no pasó nada.
En Zaragoza, a la misma hora que en Sevilla, tirásteis una botella impactando en el portero.
En Madrid golpeásteis a un portero rival y no pasó nada.
En Getafe, Zaragoza, Madrid, etc., hay gritos racistas y no pasa nada.
Cuando Aguero, Gudjonsen o Raul se tiran, el fútbol es para listos; si lo hace Dani, es un sinverguenza, embustero y marrullero.
Cuando Cannavaro, Deco o Roberto Carlos pegan, son viriles y marcan territorio; si lo hace Javi Navarro es un delincuente y un asesino.
Mendoza, Gaspart, Gil, etc., eran señores que a veces se equivocaban; Del Nido, Lopera y León son mafiosos, indeseables y la verguenza del fútbol nacional.

A vosotros todos os digo que nos dejeis tranquilos, que no vengais luego a esta tierra de cafres, bestias, sanguinarios, incultos y beatos.

Que no entorpezcais las bullas de nuestra Semana Santa porque es posible que en la bulla os robemos la cartera.
Que no rompais el silencio de nuestra Maestranza cual tendido madrileño del siete, porque nuestro silencios no son por respeto al que se juega la vida, es que estamos maquinando como daros un palo a la salida.
Que no lleneis el Ave de trajes cortos y de faralaes (así los llamais ¿no?), porque probablemente en el real de Los Remedios sólo vais a ver yonquis y maleantes.

Porque enteraros de una vez; a pesar de lo que penseis, mi gente, mis amigos, mis hermanos están en Nervión si, pero también en Heliópolis.