No es fácil escribirte, es mejor hablarte.
No, no es fácil escribirte, es mejor contarte.
Hablarte sobre lo pasado y por pasar,
hablarte de lo acontecido y por venir,
contarte lo acaecido y lo vivido,
contarte lo soñado y deseado.
Hablarte de las ilusiones rotas y de las que incólumes están,
hablarte de eso que Tú sabes y que a veces te oculté,
contarte sueños que hicistes realidad,
contarte realidades que nunca soñé.
No es fácil escribirte, es mejor hablarte.
No, no es fácil escribirte, es mejor contarte.
Hablarte de cuántas veces te olvidé,
hablarte de cuántas veces te ignoré,
contarte cómo no vi tu mirada en otros hermanos,
contarte cómo no vi tu soledad en los demás.
No es fácil escribirte pero si sentirte.
No, no es fácil escribirte pero si quererte.
Sentirte en mi hijo cuando me pide ayuda,
sentirte en mi hija cuando me necesita,
sentirte en mis padres, que me llaman simplemente para oirme,
sentirte en mi mujer cuando se hace la que no sabe,
sentirte en mis amigos, que saben de mis ausencias.
En la calle Feria se te echa de menos,
vuelve pronto, Señor.
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