Las primeras lineas de esta ventana a Sevilla desde mi barrio elegido (uno es de donde se hace no de donde nace) son para alguien que nunca aparecerá en internet, ni en otro blog, ni su nombre salió nunca en prensa, ni sus retratos fueron vistos por nadie que no fuésemos sus familiares; son para una persona anónima que me enseñó a querer a este barrio, a su gente, a su idiosincrasia, a sus hermandades...
Son para alguien que me inculcó valores mientras limpiaba chícharos (que razón tenía Santa Teresa), o mientras al peinarme me hacía esa raya perfecta que ni Sainz de Oiza imaginó proyectar. No eran valores académicos, ni sociales, ni siquiera culturales; eran de sevillanía y sobre todo de buena persona.
Son para alguién que siempre tuvo en la nevera mantequilla con sal y chuletitas de cordero para cuando yo iba a su casa a dormir, y para quien en las noches de invierno me planchaba la cama para que estuviera calentita antes de acostarme.
Pero sobre todo son para alguien que mientras se peinaba y repeinaba me hablaba de la mirada de la virgen, de la que era suya y de su padre y que hoy lo es de su nieto y su bisnieto. De esa virgen que me une a mi padre y a mi hijo y que siempre está presente en nuestras vidas (porque este blog se escribe para todos pero por un católico practicante).
Por eso la foto de este blog dedicado a mi barrio es de esa mirada que mi abuela Teresa tanto quiso.
Va por ti abuela.
Son para alguien que me inculcó valores mientras limpiaba chícharos (que razón tenía Santa Teresa), o mientras al peinarme me hacía esa raya perfecta que ni Sainz de Oiza imaginó proyectar. No eran valores académicos, ni sociales, ni siquiera culturales; eran de sevillanía y sobre todo de buena persona.
Son para alguién que siempre tuvo en la nevera mantequilla con sal y chuletitas de cordero para cuando yo iba a su casa a dormir, y para quien en las noches de invierno me planchaba la cama para que estuviera calentita antes de acostarme.
Pero sobre todo son para alguien que mientras se peinaba y repeinaba me hablaba de la mirada de la virgen, de la que era suya y de su padre y que hoy lo es de su nieto y su bisnieto. De esa virgen que me une a mi padre y a mi hijo y que siempre está presente en nuestras vidas (porque este blog se escribe para todos pero por un católico practicante).
Por eso la foto de este blog dedicado a mi barrio es de esa mirada que mi abuela Teresa tanto quiso.
Va por ti abuela.
1 comentario:
Amiguísimo Calleferia:
Yo se que soy muy fanático de ella, por eso sólo te confirmo que cada día la siento más cerca de mí, y gracias a dios, cada día está más acompañada por su hijo (YA TE CONTARÉ)
1BESO.
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