lunes, 6 de octubre de 2008

VENGO A FELICITARTE


Y a decirte que te quiero...

Ahora que nadie lee, que estamos los dos
vengo a pedirte perdón por si pude a alguien herir
por si alguna vez sin querer pude a alguien ofender
por si con mi pobre prosa algun daño causé

Quiero pedirte disculpas por marcharme sin llegar
por no imaginar tu mirada cuando verla no podía
por pensar que mis escritos eran más que vida
por no calcular las letras cuando al amigo hería

Quiero darte las gracias por los momentos vividos
por las almas amigas conocidas
por compartir los viajes
por aquellas copas traidas

Ahora si, ahora ya me voy tranquilo
ya me despido de ti
Muchas Felicidades,Madre
Te quiero


Boomp3.com


Foto: http://desdelacava.blogspot.com

jueves, 17 de enero de 2008

ADIÓS OLIVO, ADIÓS

Unos se deben a un martillo,
es su máxima aspiración en la vida
y harán lo imposible por mantenerlo...

Otros se deben a una vara,
también es su máxima realización en la vida
y hacen lo imposible por mantenerla...

Hay otros, los más numerosos,
que sólo han conocido un martillo y una vara,
y creen que su intelecto se creó para llevar kilos.
Pero como no han conocido otro maestro,
temen que llegue un catedrático que les diga
que no, que hay ecuaciones con más de una incógnita,
y harán lo imposible por mantener al maestroescuela...

Quedan otros, los menos,
que aun sabiendo álgebra y cálculo
porque dan clase con otros catedráticos,
creen en el karma de lo políticamente correcto
y temen más a un periodista y al Instituto de la Mujer
que a su propia conciencia...

Y por último, quedan otros, como yo
que creemos que ser capataz
o miembro de junta de gobierno,
no es nuestra mayor aspiración intelectual,
y que desde luego, sabemos que este olivo
no es de lo mejorcito de la clase en lo que
a llevar kilos se refiere...

...pero claro, tuvimos como catedrático emérito
a Rafael Franco, como catedráticos a Manolo y Carlos Villanueva,
a Pepe Andreu, también a Paco Arnaiz.
Y como profesores agregados a Ramón Castro, Fernando Moreno
y Manolo Vizcaya (vistiéndose por los piés).
Y los viejos de la clase eran Juán Lérida, Arturo, Estrella,
Carlos y Manolo Casado, Macías, Fran Narbona, la Heidi,
Antonio Cortés, Sandokán, Phoskitos, el Negri...,
en fin, ya sabeis, gente que sabe poco de esto.

Todos me enseñaron, de todos aprendí,
y me dieron algo que nadie puede quitarme: dignidad.

A ella y a mi conciencia me debo,
por eso, adiós olivo, adiós...