A pesar de ello decidimos ir; subir al Obersalzberg era un sueño, una ilusión que siempre tuve. La imponente montaña que nace en Berchtesgaden me llamaba y daba a entender que si no subíamos pronto, nunca podríamos hacerlo ya que las previsiones meteorológicas para los próximos días no eran nada optimistas.
La subida en autobús fue rápida, fácil y preciosa; la bajada andando entre nubes y abetos, lenta, difícil y maravillosa. La altura, la niebla, la poca luz y el calzado inadecuado, hacían que cada paso fuera un martirio para riñones y gemelos y una bendición para la vista.
Llevábamos aproximadamente una hora de descenso cuando decidimos pararnos a descansar, y mientras sentados reponíamos fuerzas, apareció el sol. Fué un rayo, un único y débil rayo que no duró más de dos o tres minutos, el tiempo justo de poder hacerle una foto.
Mientras preparaba la cámara, pí-pí-pí, pí-pí-pí.....pí-pí-pí; un ruido desagradable en aquella paz de la montaña. Tenía un mensaje en el móvil...
...Al terminar de leerlo, el sol había desaparecido; quedaban el recuerdo en la cámara y las lágrimas en los ojos.
Esta foto la guardaré cómo oro en paño junto a aquella entrada del 27 de Abril . Y nunca olvidaré que en medio de tu prisa por llegar a ver a tu abuelo, te paraste un minuto, un sólo minuto, para despedirte de dos palanganas que estaban lejos, muy lejos de Sevilla...
Gracias eterno 27. Descansa en paz Antonio.
Llevábamos aproximadamente una hora de descenso cuando decidimos pararnos a descansar, y mientras sentados reponíamos fuerzas, apareció el sol. Fué un rayo, un único y débil rayo que no duró más de dos o tres minutos, el tiempo justo de poder hacerle una foto.
Mientras preparaba la cámara, pí-pí-pí, pí-pí-pí.....pí-pí-pí; un ruido desagradable en aquella paz de la montaña. Tenía un mensaje en el móvil...
...Al terminar de leerlo, el sol había desaparecido; quedaban el recuerdo en la cámara y las lágrimas en los ojos.
Esta foto la guardaré cómo oro en paño junto a aquella entrada del 27 de Abril . Y nunca olvidaré que en medio de tu prisa por llegar a ver a tu abuelo, te paraste un minuto, un sólo minuto, para despedirte de dos palanganas que estaban lejos, muy lejos de Sevilla...
Gracias eterno 27. Descansa en paz Antonio.